Cirugía de artrosis de cadera -coxartrosis- 

AVISO: la información contenida en este artículo es genérica y orientativa, en ningún caso sustituye el criterio de su especialista en traumatología.

Diagnóstico y programación de la Cirugía de artrosis de cadera -coxartrosis- 

El paciente acude a consulta por dolor en la cadera, generalmente en la zona inguinal, no puede caminar por el dolor. 

El diagnóstico de esta patología es clínico con ayuda radiológica: el traumatólogo tiene la sospecha clínica que es confirmada con una radiografía simple. 

El tratamiento de la artrosis de cadera depende de la edad: cuando el paciente es menor de 65 años se debe valorar el grado de limitación en su vida diaria, si el dolor es llevadero y se le puede disminuir ya sea con tratamiento analgésico, rehabilitador o infiltraciones, se da prioridad a estas opciones, ya que en pacientes jóvenes las prótesis sufren un mayor desgaste al ser personas muy activas, aflojando las prótesis, y necesitando entonces una segunda cirugía que es más compleja. 

Cuando el dolor es muy incapacitante se realiza la cirugía tenga la edad que tenga el paciente. 

Para pacientes mayores de 65 años con dolor incapacitante sí está recomendada esta cirugía ya que, al llevar un estilo de vida más tranquilo, la prótesis sufrirá un menor desgaste y puede durar de por vida perfectamente. 

Para programar esta cirugía se solicitan los exámenes preoperatorios requeridos para su evaluación por el anestesista, estos son: radiografía de tórax, electrocardiograma y analítica básica. 

El anestesista será quien evalúe el riesgo quirúrgico y da permiso a la cirugía. 

Existen dos tipos de prótesis de cadera: cementadas y no cementadas. Las cementadas se emplean habitualmente para fracturas parciales de cadera. 

Las no cementadas, sus componentes están recubiertos de un material llamado hidroxiapatita que al contacto con el hueso se integra en él. 

En qué consiste la artroplastia total de cadera (artrósica) prótesis no cementada 

Ya en quirófano, se reemplazan las dos superficies articulares: el fémur y el cótilo.   

Para ello se fresa el cótilo (hueso de la pelvis en que se inserta la cabeza del fémur que hace las veces de visagra para que pueda moverse) que también está artrósico y carece de cartílago. El objetivo de este fresado es generar el espacio y sangrado gracias a los que se enganchará el componente de la prótesis revestido con hidroxiapatita y se integra en el hueso. 

En el fémur se realiza un corte en la parte proximal para quitar la cabeza de éste (esta parte está artrósica), se prepara el canal femoral fresándolo y raspándolo para poder insertar en él el otro componente de la prótesis y provocar su  integración con el hueso. 

Se le pone un drenaje de tipo redón ya que estas cirugías se prevee que sangren, de esta manera — – -ayudando a salir la sangre afuera- se evita que se acumule en la herida quirúrgica y que se formen hematomas  

Esta cirugía puede durar entre una y dos horas. 

Post operatorio de la artroplastia total de cadera 

Al segundo día tras la cirugía se le quitará el redón y se le realizará la primera cura tras lo cual el paciente ingresado puede empezar a caminar con un andador, lo que ayudará a que el músculo no se atrofie. 

Al tratarse de una cirugía grande, el paciente se quedará ingresado generalmente cuatro días para controlar el dolor y control de la evolución de la herida, tras los que se le dará el alta con indicaciones sobre analgesia, curas (normalmente la siguiente se realizará al tercer día del alta), retirada de puntos (normalmente a los 15 días). 

A las tres semanas, cuando la herida ya ha cerrado o está a punto de cerrar, se le hará una revisión en consulta en la que se suele prescribir ya el tratamiento rehabilitador. 

Tras lo cual, el paciente tendrá revisiones cada mes o cada dos meses. 

Normalmente, el paciente alcanza de forma progresiva una vida normal a los 4 meses